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domingo, 24 de noviembre de 2013

EL ORO DEL REY SALOMON

ORO DEL REY SALOMON

"El peso del oro que vino al rey Salomón en un año ascendió a seiscientos sesenta y seis talentos." (1 Reyes 10:14.)


 
SEGÚN este versículo bíblico, el rey Salomón adquirió más de 25 toneladas de oro en tan solo un año. Esa cantidad de oro valdría hoy 260.000.000 de Euros, que equivale a casi dos veces la totalidad del oro que se extrajo en todo el mundo en el año 1800. ¿Es eso posible? ¿Qué indica la arqueología? Muestra que lo que la Biblia dice en cuanto a la riqueza de Salomón es ciertamente verosímil. La revista Biblical Archaeology Review dice: 
· El rey Tutmosis III, de Egipto (segundo milenio a.C.), obsequió aproximadamente 13,5 toneladas de artículos de oro al templo de Amón-Ra de Karnak, y esto era solo parte del presente. 
· Según inscripciones egipcias, el rey Osorkon I (principios del primer milenio a.C.) ofreció regalos a los dioses por un total de aproximadamente 383 toneladas de oro y plata. 
Además, el tomo La Grecia Clásica, de la serie Las grandes épocas de la humanidad, informa: 
· Las minas de Pangeo, ubicadas en Tracia, producían más de 37 toneladas de oro todos los años para el rey Filipo II (359-336 a.C.). 
· Cuando el hijo de Filipo, Alejandro Magno (336-323 a.C.), conquistó Susa, la capital del Imperio persa, se hallaron tesoros que ascendían a bastante más de 1.000 toneladas de oro. (The New Encyclopædia Britannica.) 
De modo que lo que dice la Biblia sobre las riquezas del rey Salomón no es exagerado. Recuerde, también, que Salomón era en aquel tiempo "más grande en cuanto a riquezas y sabiduría que todos los demás reyes de la tierra". (1 Reyes 10:23.) 
¿Cómo usó Salomón sus riquezas? Su trono estaba revestido de "oro refinado", los vasos que usaba para beber eran "de oro", y tenía 200 grandes escudos y 300 broqueles de "oro aleado". (1 Reyes 10:16-21.) Salomón empleó su oro, ante todo, para la construcción del templo de Jehová en Jerusalén. Los candelabros del templo y los utensilios sagrados, como los tenedores, los tazones, los cántaros y las fuentes, estaban hechos de oro y plata. Los querubines del Santísimo, que medían cuatro metros y medio de alto; el altar de incienso, y también todo el interior del edificio, estaban revestidos de oro. (1 Reyes 6:20-22; 7:48-50; 1 Crónicas 28:17.) 
¿Qué puede decirse de un templo revestido de oro? Es de interés que este uso del oro no era de ningún modo inusual en el mundo antiguo. La revista Biblical Archaeology Review indica que Amenhotep III, de Egipto, "honraba al gran dios Amón con un templo en Tebas que estaba ‘revestido de oro todo él, el suelo estaba adornado con plata [y] todos sus portales con electro’", una aleación de oro y plata. Además, Esar-hadón, de Asiria (del siglo VII a.C.), revistió de oro las puertas y las paredes del santuario de Asur. En lo que respecta al templo de Sin, ubicado en Harán, Nabonido, de Babilonia (siglo VI a.C.), escribió: "Vestí sus paredes de oro y plata, y las hice brillar como el Sol". 
De modo que los documentos históricos indican que el relato bíblico de las riquezas del rey Salomón no es exagerado. 

MINAS DEL REY SALOMON 
La denominada «acrópolis» del Gran Zimbabue. La impresionante muralla construida a piedra seca sigue el contorno y las rocas de la formación natural y convenció a los primeros exploradores racistas de que las ruinas no podían ser de origen africano. En la búsqueda de pruebas de la existencia del misterioso pueblo desaparecido que, según se creía, había construido Zimbabue, los primeros aficionados que realizaron excavaciones destrozaron la mayoría de los vestigios que demostraban su filiación africana. El extraordinario templo elíptico situado en el centro del complejo de ruinas pétreas conocido como el Gran Zimbabue. Estos restos fascinaron a los aventureros blancos que los encontraron en el siglo xix y especularon sobre sus orígenes, llegando a la conclusión de que habían sido construidos por un antiguo pueblo de procedencia desconocida. Creyeron que en las ruinas había oro y piedras preciosas, y sir Henry Rider Haggard se inspiró en estas leyendas para escribir un libro de aventuras que tuvo gran éxito, Las minas del rey Salomón (1885). En la ficción, los héroes de Haggard regresan con diamantes; en la realidad, los tesoros son testimonios de gran valor arqueológico. 
Diseminados por los actuales Zimbabue y Mozambique existen más de ciento cincuenta lugares históricos rodeados de misterio. El más famoso corresponde a las ruinas del Gran Zimbabue, a unos doscientos cuarenta kilómetros al este de la ciudad de Bulawayo. El Gran Zimbabue comprende no menos de veinticuatro hectáreas de impresionantes ruinas, que corresponden a construcciones cuidadosamente realizadas, con gruesos muros hechos a piedra seca que alcanzan una altura de nueve metros. En el centro de este complejo se encuentra el denominado Edificio Elíptico, un gran muro oval con un parímetro de doscientos cincuenta y seis metros, y en su interior los restos de otras construcciones de piedra. 
La destrucció

sábado, 16 de noviembre de 2013

ORO ENCANTADO

Oro encantado


Un pobre campesino soñó tres noches seguidas que al pie de una mata situada a corta distancia de su casa, estaba enterrado un saco lleno de oro.
‑Es muy posible ‑pensó que mi sueño no sea verdadero, pero no me costará nada ir a cavar un poco por allí. Y si encuentro un tesoro, bien recompensado quedará mi tra­bajo.
A nadie comunicó sus intenciones, de igual modo como tampoco había referido su sueño. Al obscurecer del día siguiente, tomó una azada y se dirigió a la mata que viera en sueños. En cuanto hubo dado algunos azadonazos, tropezó con algo duro y ello le dió la esperanza de que había hecho un importante hallazgo.
En efecto, al poco rato puso al descubierto un saco lleno de lingotes de oro y de magníficas piedras preciosas. Contento a más no poder, se cargó el tesoro al hombro, aunque a causa del peso apenas podía andar y, mientras tanto, pensé en lo que haría con aquella riqueza.
Al llegar a la casa, se dirigió al establo y dejó el saco frente a las tres vacas que tenía, pues deseaba evitar la posibilidad de que algún vecino se enterase de lo ocurrido.
Anduvo acertado al tomar esta precaución, porque, al entrar en su casa, vió a dos desconocidos sentados ante el fuego y que, al parecer, no tenían ninguna prisa por marcharse. Aquellos viajeros hablaban muy bien inglés, pero, en cambio, desconocían el dialecto que usaban el campesino y su mujer. Por eso el primero pudo dirigirse a la segunda y en voz baja y seguro de no ser comprendido más que por ella, le dijo:
‑En el establo tengo un magnífico tesoro. Es un saco lleno de lingotes de oro y de piedras preciosas.
‑¡Oh, tráelo aquí! ‑contestó ella. ¡No sabes cuánto me gustaría ver eso!
‑No quiero que nadie se entere de mi hallazgo -replicó él. Espera a que se hayan marchado estos dos hombres. Entonces traeré el saco aquí.
En cuanto se hubieron marchado los dos viajeros, marido y mujer fueron a contemplar el saco y ambos se quedaron pasmados y sin saber lo que les pasaba.
‑¿Has escupido sobre el tesoro? ‑preguntó la mujer.
‑No ‑contestó él.
Entonces ella le demostró que había cometido una grave equivocación.
‑¿Cómo es posible? ‑preguntó sorprendido el marido.
‑Mi padre ‑le dijo la mujer ‑era muy entendido en esas cosas y con frecuencia le oí decir que esos tesoros suelen estar encantados y que si no se tornan las precauciones debidas pueden desaparecer por completo. En cambio, cuando el que hace el hallazgo tiene la precaución de escupir sobre el tesoro, no hay duda de que ya no sufre ninguna transformación.
‑Sería una verdadera lástima ‑replicó él que, después de haberlo traído aquí y de que tengo la espalda molida por el peso, desapareciese sin quedar nada. Por ahora no hay, afortunadamente, la menor señal de que el tesoro haya de desaparecer, sino que, por el contrario, pesa lo mismo que antes y estoy seguro de que hay aquí más de doscientas libras de oro y joyas.
Luego ambos se dirigieron al establo y pudieron observar que las tres vacas tiraban de sus ronzales como si quisieran huir.
‑No hay duda de que tienen miedo del contenido del saco ‑observó la mujer. El ganado tiene más sentido común de lo que parece y muchas veces ve cosas que los hombres no son capaces de descubrir.
‑Mira, no digas más tonterías acerca de las vacas -observó el marido. Fíjate en ese hermoso saco que está lleno a más no poder.
Pero cuando estuvieron a menor distancia de aquel saco, la mujer profirió un grito de miedo.
-¿Qué demonios has traído aquí? ‑preguntó al marido­. Estoy segura de que dentro del saco hay algo vivo. Ten la seguridad de que ahí no hay ningún tesoro.
‑¡Cállate, mujer! ‑exclamó el marido, enojado y aun temeroso a causa de las palabras de su esposa.
‑Pero ¿no ves que el saco está rodando por el suelo?­ -preguntó ella.
El marido se dio cuenta de que la mujer decía la verdad, pero, sin embargo, no quiso reconocerlo y menos aun dejarse asustar por sus palabras.
-Seguramente ‑dijo una rata se ha metido dentro del saco y ahora, como no puede salir, se revuelve de un lado a otro.
‑Tú abre el saco y, mientras tanto, yo rezaré pidiendo a Dios que nos proteja. Estoy segura de que ahí dentro hay algo muy raro y espantoso ‑dijo la mujer.
Mientras tanto, el marido se inclinó sobre el saco, lo levantó y lo apoyó en la pared. Y cuando se disponía a abrirlo, las vacas parecían estar muy asustadas, tirando de sus ronzales, mugiendo y pateando en su deseo de huir.

Cuando el hombre metió la mano en el saco, asomó la cabeza de una anguila enorme. Tenía los ojos del color de fuego y tan resplandecientes, que deslumbraban como si fuesen dos soles. El campesino dió un salto hacia atrás, yendo a parar casi a la puerta y allí se quedó inmóvil por el terror. Ella, por su parte, profirió un grito que habría podido oírse desde el pueblo vecino, pero no se movió de donde se hallaba, porque la habían abandonado las fuerzas.

La anguila, mientras tanto, salió del saco retorciéndose y empezó a arrastrarse por el suelo. Luego se retorció sobre si misma, de un modo espantoso, y su cuerpo, que sin duda alcanzaba la longitud de un metro treinta centímetros, parecía ser todavía mucho más largo. Luego levantó la cabeza y el cuello, balanceándose ligeramente de un lado a otro. Marido y mujer se hallaban al lado de la puerta, pero era tal su miedo, que ni siquiera pensaron en atravesarla. Con los ojos desorbitados contemplaban la anguila y pronto vieron cómo se encaramaba por un poste que habla en el centro de la cuadra, hasta tocar el tejado con la cabeza. Y entonces atravesó el tejado, se desvaneció o se ocultó en algún lugar. Los dos espectadores no pudieron darse cuenta de ello. Pero aquella anguila enorme y espantosa fué todo el tesoro que salió del saco, que el hombre desenterró y luego llevó a hombros hasta el establo. Así se desvaneció el tesoro.

sábado, 9 de noviembre de 2013

El otro tesoro: El Coricancha.

El otro tesoro: El Coricancha.

Palabra Quechua que en castellano significa Cerco o Jardín de Oro. En 1535, después de quebrar la resistencia Inca y masacrar la población del Cuzco, fue saqueado y destruido lo que era el máximo templo Inca dedicado al Sol, El Coricancha. En este caso, hasta por su nombre, era obvio que paredes enteras del templo estaban cubiertas de oro, plata y piedras preciosas. Tenía también una gigantesca representación en oro del dios máximo Inca, el Sol (Inti) y otra, de proporciones similares, en plata, representando a la diosa Luna (Quilla). En el Coricancha reposaban las momias de los Monarcas Incas acompañados de sus tesoros. Reposaban en un jardín artificial (nuevamente, llévese en cuenta el otro significado del nombre Coricancha) constituido por esculturas que representaban, en tamaño natural, animales (por ejemplo llamas)  y plantas hechas de oro y plata adornados con piedras preciosas. Todo el mundo conoce esa historia como también que la ignorancia, barbarie y codicia de los conquistadores fue tal que todas esas maravillas fueron  fundidas, transformadas en lingotes para facilitar su transporte destruyéndolas al punto de no dejar casi nada generándose  así, por mucho tiempo, la idea de que los Incas y las otras Civilizaciones del Mundo Andino no sabían esculpir.
Por segunda vez los europeos encontraron literalmente una montaña de oro El oro y tesoro de los Incas era una realidad objetiva y por tanto tenía que existir, así debían razonar los muy codiciosos conquistadores, otro lugar con tesoros aún más grandes:
 

viernes, 8 de noviembre de 2013

El muqui, muki o anchancho dueño de las minas de oro y plata

Muqui (mitología)

El muqui, muki o anchancho,


 es un duende de la mitología de los Andes centrales en Bolivia, Perú, Ecuador, y Colombia; el cual se caracteriza por ser minero y, como tal, su existencia está circunscrita al espacio subterráneo: el muqui habita en el interior de la mina.
La palabra Muqui resulta de la castellanización del vocablo quechua murik, que significa "el que asfixia" o muriska "el que es asfixiado". En su vertiente huancavelicana, la palabra muqui sugiere "el acto de torcer", "ahorcar". Por ello, los antiguos mineros inconscientemente, identificaron al Muqui con el sílice, polvo letal que produce la enfermedad de la silicosis. Aunque también Muki en quechua significa "húmedo" o "humedad". De ahí se dice que el Muki aparece en los lugares donde hay agua.
A pesar de la distancia y el aislamiento de los campamentos mineros, la creencia y la descripción del Muki es, prácticamente, la misma en la sierra desde Puno, en el sur hasta Cajamarca en el norte del Perú, en el centro hasta Pasco, aunque su nombre varía en algunos lugares. En Arequipa, por ejemplo, se le llama “Chinchilico”; en Puno, “Anchancho” en Pasco y la región andina de Bolivia, “Muqui” y en Cajamarca, “Jusshi”. Todas estas ciudades están localizadas en el Perú.
La fusión (sincretismo) de la cultura indígena con la cristiana, supuso también la inclusión de creencias occidentales con respecto a este mito, tal como que las principales vícitimas de estos duendecillos era los niños moritos, aquellos que aún no habían recibido el bautismo; incluso se menciona en algunos lugares del sur del país, que son estos niños no bautizados, eran quienes se convertían en los duendecillos. Según antiguos relatos, Los niños que no son bautizados, son raptados por los duendes, los cuales viven (o se esconden) en las higueras o platanales, para que se conviertan en uno de ellos. El niño que se encuentra con estos seres, aparte de recibir un gran susto adquiere una piel muy pálida, por lo que se recomienda llevar lo más antes posible a una iglesia para que reciba el Sacramento.
La creencia en el Muki surgiría tanto de las antiguas tradiciones andinas sobre los demonios y pequeños seres que pueblan el “Uku Pacha” o mundo de abajo, como de los propios temores y de la necesidad de los trabajadores de encontrar una explicación a las cosas extraordinarias que suelen ocurrir diariamente en la labor minera.
Como se advierte, en el imaginario popular, no existe un solo tipo de Muqui. Así como hay diversidad de elfos mineros a nivel universal, existen también variedades de Muquis en el mundo subterráneo de los Andes. Se les conoce por los lugares en que se hicieron visibles. Sus diferencias son formales antes que de esencia. Así tenemos Muquis de Huacracocha, de Goyllar, de Morococha, de El Diamante, de Santender, de la Mina Tentadora, de la mina Julcani, de Excélsior, por citar algunos de los más conocidos de una inacabable relación que corresponde a la tradición oral de las minas.

Fisonomía, vestimenta y costumbres

De estatura pequeña, el Muqui no excede los cincuenta centímetros, perteneciendo, estos seres, a la categoría de los enanos.
Para la tradición cerreña, el Muqui es un ser pequeño, de cuerpo fornido y desproporcionado. Su cabeza está unida al tronco, pues no tiene cuello. Su voz es grave y ronca, no concordante con su estatura. Sus cabellos son largos, de color rubio brillante. Su rostro es colorado y está cubierto de vellos. Posee una barba larga, del color blanquecino de la alcaparrosa. Su mirada es penetrante, agresiva e hipnótica, de reflejos metálicos. En otras tradiciones mineras, su cabeza presenta dos cuernos. Éstos le sirven para romper las rocas y señalar las vetas. Su piel es muy blanca y lleva colgado de la mano un farolito (cf. Sosa y Tamara). Además tiene las orejas en punta. (La influencia occidental es nítida en este aspecto de la representación. El diablo, originario de la cultura etrusca y difundido extensamente en el bajo medioevo por el catolicismo, ha sido vinculado con los duendes mineros. Los metalarios del periodo inicial de la alquimia, atribuían a los duendes, gnomos, kobolds y al diablo mismo, las perturbaciones en el tratamiento de los metales. Por ejemplo, el nombre del cobalto deriva de kobold (duende escandinavo) y níquel del diablo mismo, como lo llamaba un sector de alquimistas.)
Habitan en lugares desérticos, atacan produciendo bastante miedo a sus víctimas o adversarios, se dice que suelen llevarse niños solos e indefensos; un secreto de personas antiguas para enfrentarlos es quitarse el cinturón o correa de los pantalones y darles con el cinturón con mucha fuerza sin dejarse vencer por el miedo.
Su descripción varía de acuerdo a la época. Antiguamente, por la década de los años 1930, se decía que recorría los socavones sosteniendo en la mano, una pequeña lámpara de carburo, abrigado con un poncho hecho de lana de vicuña. Tenía en la cabeza dos pequeños cuernos relucientes y hablaba con voz suave. En la actualidad no es muy diferente, aunque ahora vista ropa de minero, botas de agua y use una linterna eléctrica a batería. A veces el pequeño duende toma también la forma de animal o de un hombre muy blanco y rubio para presentarse a los mineros y engañarlos.
La leyenda del Muqui, se encuentra ampliamente extendida en el ambiente minero de los Andes Centrales.
Consecuente con las exigencias del trabajo, el Muqui usa casco, ropa de minero y calza botas claveteadas. En otras tradiciones, se le representa como un geniecillo vestido de verde musgo, a veces con una finísima capa de vicuña o con el traje impermeable que usan los mineros. Generalmente, porta en la cintura una lámpara, ya de carburo, ya eléctrica, según el avance teconológico de la mina. Lleva un shicullo, soga de pelos de la cola del caballo, atado a la cintura. Camina como pato, pues sus pies son de tamaño anormal. Sus extremidades inferiores pueden adoptar la forma de las patas de un ganso o cuervo. Asimismo, pueden tener la punta hacia atrás. Por ello su ropa les cubre hasta los pies. Los curiosos esparcen ceniza o harina en su camino para auscultar la huella que dejan a su paso.
El Muqui puede andar solo o acompañado: refieren, algunos informantes, episodios protagonizados por varios Muquis formando grupos; otros dan fe sobre su inclinación de vivir solos. Pueblan, estos seres, un mundo de eterna oscuridad, sin tiempo. No se le ha visto envejecer, pareciera que el tiempo no le afecta. Y, en su sorprendente existir, se torna visible o invisible a los ojos mortales. Los Muquis gustan de lanzar penetrantes silbidos. Éstos, anuncian peligro y salvaguardan a los mineros de su simpatía. En otras ocasiones, producen desconcierto y miedo. Los Muquis, son comunicativos. Hablan a los oídos, conversan en los sueños, poseen un extraño poder premonitorio. Esta energía dialogal es sentida, vitalmente, por las gentes de las minas. El Muqui no gusta de los agnósticos. Le molesta que duden de su existencia.
El Muqui se inmiscuye en el destino de los trabajadores del socavón, gratificándolos o escarmentándolos. Es un misterioso enano conocido como el dueño de las minas.
El Muqui es un duende investido de poder. A su voluntad, hace aparecer o desaparecer las vetas (veta de oro). Está atento a las obsesiones, resentimientos, ambiciones y frustraciones de los mineros. Y, al tiempo que demuestra simpatía hacia unos, genera castigo y escarmiento a otros. Puede aliviar el trabajo, ablandar las vetas o endurecerlas, si prefiere. Suele conceder favores, establecer pactos, sellar alianzas, llegar a acuerdos a plazo fijo, que cobra puntual e inexorablemente. Pues, estos donantes de la buena o mala suerte, poseen un código de honor preciso y reservado. Su ética exige discreción y reciprocidad en sus pactos. De allí que los amigos del Muqui sean personas de opiniones reservadas y criterios parcos.
La mayoría de relatos coinciden en que es posible atrapar al Muqui y hacer “pacto” con él para enriquecerse. En el caso más frecuente el enanito de las minas ofrece al trabajador hacer su “tarea” a cambio de coca, alcohol y hasta de la compañía de una mujer para mitigar su soledad. Pero casi siempre el resultado del pacto es trágico, pues a la larga de una u otra manera el minero incumple y el Muqui se venga quintándole la vida.
El Muqui se abstrae en el juego o el trabajo. Por esa razón bien puede observársele sin que lo advierta. En esa circunstancia, los audaces, logran cogerlo y sujetarlo con el shicullo. En tal caso, al Muqui "se le amarra sólo con soga de cerda de caballo, porque hasta el alambre lo rompe" (cf. Huanay: 78-79). Enseguida, se lo cubre con la misma ropa de su captor. Este secreto, lo inmoviliza. Ha habido mineros que habiéndolo amarrado lo han amenazado con llevarlo a la luz y el Muqui se ha vencido, sabedor de su debilidad: los reflejos del sol lo desvanecen y matan.

jueves, 7 de noviembre de 2013

El Oro ligado a la mitología y a la espiritualidad

El Oro ligado a la mitología y a la espiritualidad

El Rey Midas
Muchas son las historias fantásticas y leyendas que se han creado alrededor del Oro a través de los siglos.  A nivel de espiritualidad su presencia ha sido fundamental para diversas creencias y ritos religiosos.  La fascinación por él se ha mantenido hasta nuestros días, aunque las connotaciones han ido cambiando con el tiempo.  Su energía es como un aura positiva, lo que lo convierte en el metal precioso por excelencia.
En la mitología encontramos historias fascinantes como la de Jasón y el Vellocino de Oro.  Jasón hijo de Eson rey de Yolcos   en Tesalia, quien fue asesinado por su hermano Pélia, razón por la cual le es encomendada la crianza de Jasón al centauro Quirón.  Años más tarde Jasón regresa para reclamar el trono que le pertenece, momento en el cual Pélias le pide que vaya por el Vellocino.  A bordo de su barco Argo y acompañado por sus argonautas, se hizo con el Vellocino de Oro y posteriormente recuperó su trono.
Otra de las historias famosas es la de la Maldición del Rey Midas, Sileno mentor de Dionisio, extraviado en las tierras del rey, este le acoge y alberga.  En agradecimiento Dionisio le concede un deseo: el rey ávido de riqueza, le pide la facultad de transformar todo lo que toque en Oro.  Pero incapaz de comer, beber, o de tocar a su esposa el rey suplica deshacer el don que se había convertido en una maldición para él, para ello debió seguir las indicaciones del dios, y meter su cabeza en el rio Pactolo, y de esta manera regresó a la normalidad.  Probablemente esta leyenda explicaría el carácter aurífero del rio al cual la región de Frigia debe una parte de sus riquezas.
Moisés, gran personaje de la historia religiosa, durante su ascensión al Monte Sinaí, en búsqueda de los 10 mandamientos,   se encontró con un pueblo hebreo liberado del yugo del Faraón, le pidieron a Aarón fabricarles un ídolo de Oro: el ternero o becerro de Oro, al cual adoraron.  Al bajar del monte, Moisés, fue preso de una terrible cólera por dicha idolatría (prohibida por el tercer mandamiento), y rompió las tablas de la Ley sobre una roca.
Si nos trasladamos a la era prehispánica, nos encontramos con  El Dorado y la Ciudad del Oro.  El Dorado es un poblado mítico de América del Sur, más exactamente en lo que se conoce hoy como Bogotá,  este mito fue difundido por los conquistadores españoles.  Este poblado maravilloso, supuestamente recubierto de oro, inicio carreras por la conquista durante cuatro siglos.  Los españoles jamás encontraron este sitio, pero en cambio pillaron el Oro de los Incas.

El Oro y la espiritualidad: el culto y el poder

El Oro y la espiritualidad: el culto y el poder


A menudo encontramos al metal precioso en ciertas civilizaciones o religiones.  En general el oro representaba la riqueza espiritual y el espíritu perfecto.

 En la religión hebrea por ejemplo, la palabra que designa al oro es <zahev>, que significa: iluminado por el rayo del sol.  Para los Incas las lentejuelas de Oro representaban el sudor del sol.  Entre los budistas, el oro es hasta portador de luz espiritual tanto como de luz física.  Las estatuas de las divinidades y de los Budas son recubiertos con hojas de oro.

Entre los Egipcios que le consagraban culto al dios Ra, el oro representaba el sol que brilla, que ofrece cosechas abundantes y le otorga riquezas a su poseedor.  El oro representaba también la eternidad: el tiempo no altera el oro.  Así, las máscaras funerarias de los faraones fueron recubiertas con oro, para que sus caras se mantuvieran para la eternidad.

El Arsenico y Sus Creencias Asociadas al ORO y a LA PLATA

¿Qué es el arsénico?

El arsénico es un elemento natural ampliamente distribuido en la corteza terrestre. En el ambiente, el arsénico se combina con oxígeno, cloro y azufre para formar compuestos inorgánicos de arsénico. El arsénico en animales y en plantas se combina con carbono e hidrógeno para formar compuestos orgánicos de arsénico.
Los compuestos inorgánicos de arsénico se usan principalmente para preservar madera. El arsenato cromado de cobre (CCA) se usa para producir madera «presurizada.» El uso residencial del CCA se descontinuó en Estados Unidos, pero aun tiene usos industriales. Los compuestos orgánicos de arsénico se usan como plaguicidas, principalmente en cosechas de algodón y huertos frutales.



¿Qué le sucede al arsénico cuando entra al medio ambiente?

  • El arsénico ocurre naturalmente en el suelo y en minerales y, por lo tanto, puede entrar al aire, al agua y a suelos en otras áreas en polvo que levanta el viento y puede entrar al agua en efluente de lluvia o en agua que se filtra a través del suelo.
  • El arsénico no puede ser destruido en el ambiente. Solamente puede cambiar de forma.
  • La lluvia y la nieve remueven las partículas de polvo con arsénico del aire.
  • Muchos compuestos comunes de arsénico pueden disolverse en agua. La mayor parte del arsénico en el agua terminará eventualmente en el suelo o el sedimento.
  • Los peces y mariscos pueden acumular arsénico; la mayor parte de este arsénico está en una forma orgánica llamada arsenobetaína, que es mucho menos peligrosa.


¿Cómo puede ocurrir la exposición al arsénico?

  • Ingiriendo pequeñas cantidades de arsénico presentes en los alimentos y el agua o respirando aire que contiene arsénico.
  • Inhalando aserrín o quemando madera que ha sido tratada con arsénico.
  • Viviendo en áreas con niveles naturalmente altos de arsénico en las rocas.
  • Trabajando en una ocupación en la cual se produce o usa arsénico, por ejemplo tratamiento de madera o aplicación de plaguicidas.



¿Cómo puede afectar mi salud el arsénico?

La inhalación de niveles altos de arsénico inorgánico puede producir dolor de garganta e irritación de los pulmones.
La ingestión de niveles muy altos de arsénico puede ser fatal. La exposición a niveles más bajos puede producir náusea y vómitos, disminución del número de glóbulos rojos y blancos, ritmo cardíaco anormal, fragilidad capilar y una sensación de hormigueo en las manos y los pies.
La ingestión o inhalación prolongada de niveles bajos de arsénico inorgánico puede producir oscurecimiento de la piel y la aparición de pequeños callos o verrugas en la palma de las manos, la planta de los pies y el torso.
El contacto de la piel con arsénico inorgánico puede producir enrojecimiento e hinchazón.
No se sabe casi nada acerca de los efectos de los compuestos orgánicos de arsénico en seres humanos. Algunos estudios en animales han demostrado que algunos compuestos orgánicos de arsénico simples son menos tóxicos que las formas inorgánicas. La ingestión de compuestos con uno o dos metilos pueden producir diarrea y daño de los riñones.



¿Qué posibilidades hay de que el arsénico produzca cáncer?

Varios estudios han demostrado que la ingestión de arsénico inorgánico puede aumentar el riesgo de cáncer de la piel y de cáncer del hígado, la vejiga y los pulmones. La inhalación de arsénico inorgánico puede aumentar el riesgo de cáncer del pulmón. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) y la EPA han determinado que el arsénico inorgánico es un elemento reconocido como carcinogénico en seres humanos. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha determinado que el arsénico inorgánico es carcinogénico en seres humanos.



¿Cómo puede el arsénico afectar a los niños?

Hay evidencia que sugiere que la exposición prolongada al arsénico puede reducir el cociente de inteligencia (IQ) en niños. También hay información que sugiere que la exposición al arsénico durante la gestación y la niñez puede aumentar la tasa de mortalidad en adultos jóvenes.
También hay evidencia, aunque no definitiva, de que la inhalación o ingestión de arsénico puede ser perjudicial para mujeres embarazadas y el feto. Los estudios en animales han demostrado que dosis altas de arsénico, que son nocivas para animales preñados, pueden producir crías con bajo peso y con defectos de nacimiento y también pueden causar la muerte de las crías. El arsénico puede atravesar la placenta y se ha detectado en los tejidos del feto. El arsénico se ha encontrado en niveles bajos en la leche materna.


¿Cómo pueden las familias reducir el riesgo de exposición al arsénico?

  • Si usted usa madera que ha sido tratada con arsénico en proyectos domésticos, debe usar máscara para protegerlo del polvo, y guantes y ropa que lo proteja de la exposición al aserrín.
  • Si usted vive en un área con niveles altos de arsénico en el agua o el suelo, use fuentes de agua más limpias y limite el contacto con el suelo.
  • Si usted trabaja en una ocupación en la que puede exponerse al arsénico, sepa que puede acarrear arsénico a su hogar en la ropa, la piel, el cabello o en sus herramientas. Dúchese y cámbiese de ropas antes de volver a su hogar.



¿Hay algún examen médico que demuestre que he estado expuesto al arsénico?

Existen pruebas para medir la cantidad de arsénico en la sangre, la orina, el cabello y las uñas. La prueba de orina es la más confiable para determinar exposición reciente al arsénico. Las pruebas del cabello y las uñas pueden indicar exposición a niveles altos de arsénico en los últimos 6 a 12 meses. Estas pruebas pueden determinar si usted ha estado expuesto a niveles de arsénico sobre lo normal, pero no pueden predecir si le afectará la salud.

lunes, 4 de noviembre de 2013

HISTORIA REAL DE COMO ENTERRARON LOS TESOROS

Esta historia no está escrita  en ningún libro, esta versión que estoy escribiendo por primera vez corresponde a la deducción de  mis estudios de investigación basada en la recopilación de muchos relatos orales. Estoy muy seguro que provocará polémicas y muchos cuestionamientos, pero las futuras investigaciones y hallazgos me darán la razón, provocando nuevas corrientes de pensamientos aunque en los más escépticos.

En 1822, un año  después de la independencia del Perú,  el general  José de San Martín  solicitó  un préstamo de 1.200.000 libras esterlinas. Cada libra  era de oro puro y pesaba  8 gramos. Que pasaría a administrar la junta de accionista bajo la presidencia de José de san Martin. Durante todos esos años círculo la libra esterlina. En 1879 y 1883 se da la Guerra del Pacifico   Perú – Chile. Chile,  a medida que avanzaba, realizaba saqueos en todo el territorio peruano. Faltando unos 3 días para que el ejército chileno llegue Lima y al ver que las libras esterlinas del gobierno peligraban, los gobernantes del Perú tomaron  sus precauciones. Acá empieza la historia…
En aquel tiempo, el presidente de la junta que administraba el tesoro y dinero del país, era un español. Al ver que los chilenos ya estaban cerca, los objetos de oro, las libras  esterlinas y otros tesoros del país  fueron encomendados a esta persona, asignándole  un séquito compuesto por  300 soldados y 600 mulas para transportar y  ocultar todo  hasta que pase la guerra. Cumpliendo las ordenes emanadas de la superioridad  los tesoros  fueron enterrados en lugares lejanos. El español  iba anotando y  describiendo en clave  los lugares donde quedaban escondidos los tesoros y dejaba  señales en las piedras y en las  faldas de los cerros, a fin de garantizar su seguridad. Durante el camino iba dejando y  enterrando los tesoros separando dos hombres y cuatro mulas en diferentes lugares. Describía el nombre de los pueblos, de los ríos y lagunas. Daba cicuta  a los soldados y los enterraba junto a los tesoros para evitar poner en riesgo los tesoros del estado. Las descripciones parecen corresponder a  la ruta que en la actualidad abarca  los departamentos de Junín, Pasco, Huancayo y Huánuco.
Cada mula transportaba cincuenta kilos en una alforja, veinticinco kilos por lado entre oro, plata,  libras esterlinas, diamantes y piedras preciosas. Que, como ya  lo dijimos más arriba, fueron enterrados en los encañadas de los ríos, debajo de enormes piedras, en muchos lugares inimaginables, pero eso sí, siempre señaladas con claves. Los he visto pero no  logro aun descifrarlos.
El español, al finalizar su misión retorno  a Lima después de casi dos meses. Al darse cuenta que era el único poseedor del cuaderno, decidió marcharse, zarpó en el año 1883 del puerto del Callao rumbo a España sin dejar  rastros. Mientras el país estaba ocupado en la guerra nadie lo buscó, pues el que había dado la orden murió en la guerra con Chile. Recuerden que esto es real.
¿Demonios y como sabes esta historia? Se estará preguntando el lector. En 1963 aparece otro español, era el bisnieto del  español fugitivo responsable de los entierros de los tesoros. El bisnieto contrata un guía y se dirige a la sierra central  en ferrocarril. Contrata veintidós hombres  y al llegar  a Huancayo basándose en las descripciones  del cuaderno del bisabuelo logra desenterrar el primer entierro . La descripción decía  así: “Debajo de la mama pancha con donde nace su  hijo menor se van a tomar agua de mucha sed y un numero  2”.
La clave indicaba un cerro que asemejaba  una figura de mujer y una figura de un bebe, en cuya cabecera nacía el riachuelo.  En aquel lugar hallaron dos cargamentos  de esterlinas y objetos en oro. El bisnieto  llego a desenterrar en otros tres lugares más,  pago a sus hombres y retornó  a España con el cuaderno. Recién   empiezan a circular los primeros  rumores. Diez años después, en 1973 regresa nuevamente con el cuaderno y contrata un nuevo guía  que lo lleve a Huánuco, a la provincia de Ambo, allí contrata un grupo de obreros y  se dirigen a Maray Pata  hasta el lugar llamado  Yurac Caballo.
En Maray Pata tratan de ubicar la descripción y descifrar la señal, al no  lograrlo, pernoctan en  el lugar, al amanecer del día siguiente ubican un lugar, pero al amanecer del tercer día  el español al despertar se da con la ingrata sorpresa de no poseer más el cuaderno, vociferando y rogando buscó el libro por quince días, llego a ofrecer la mitad del tesoro a quien lo encontrara. Pero al ver que sus esfuerzos eran vanos, no tuvo más remedio que retornar a su país.
Desde ese entonces la  gente va y viene en búsqueda de tesoros. Repito he estado allí y  he visto las claves. También he participado en los rituales de sacar oro tapado. Una cosa les digo: “Nunca se metan con cosas que no  conocen. La metafísica da explicaciones  para los que quieran profundizar”.   
Saben ¿Por qué no habrán en ningún lado, las muestras de estas libras  esterlinas?, 

Pues han sido ocultadas y enterradas.